A Andrés Vargas, la pasión por la cocina le viene de familia.
Su madre fue cocinera y su padre carnicero. Recuerda que de pequeño le encantaba sentarse en la encimera de la cocina y observar a su madre guisar… ejercer de pinche, aprender nuevas recetas y trastear entre cazos y sartenes.
Su padre le adentró en el mundo de las carnes. Los sábados le acompañaba a la carnicería donde le enseñaba los tipos de carnes y sus diferentes cortes.
Su interés por la gastronomía crece con el paso de los años y poco a poco comenzó a innovar. Su paso por Barcelona fue su fuente de inspiración. Allí aprendió a combinar la cocina tradicional con las técnicas culinarias más modernas y a diseñar platos muy atractivos. Su vuelta a Madrid le aportó madurez, permitiéndole crear una cocina más creativa y llena de sabor.Andrés Vargas es un chef excepcional e irreverente, apasionado de la cocina y de la vida familiar. Su trato cercano, su carácter extrovertido y su amor por la cocina son los ingredientes esenciales para que sus comensales sonrían y disfruten en cada plato.